Tensión ocular

¿Qué es la tensión ocular y por que es importante?

¿Qué es la tensión ocular y por qué es importante?

La tensión ocular, también conocida como presión intraocular (PIO), es un parámetro fundamental en el cuidado de la salud visual. Se refiere a la presión ejercida por el líquido interno del ojo, el humor acuoso, sobre las paredes oculares. Esta presión es esencial para mantener la forma del globo ocular y permitir su correcto funcionamiento.

Sin embargo, cuando se encuentra fuera de los rangos considerados normales, puede convertirse en un factor de riesgo para el desarrollo de enfermedades como el glaucoma

¿Qué es la presión intraocular y cómo se regula?

La presión intraocular depende del equilibrio entre la producción y el drenaje del humor acuoso, un fluido transparente que se genera en el cuerpo ciliar y circula hacia la parte delantera del ojo, donde se elimina a través de una estructura llamada trabécula. Este sistema permite que el ojo mantenga su forma y estabilidad interna.

Cuando se produce un desequilibrio entre la cantidad de líquido que se produce y la que se elimina, la presión dentro del ojo puede aumentar, elevando el riesgo de sufrir daños en el nervio óptico. Es este aumento de presión el que se conoce como tensión ocular alta.

¿Cuál es la tensión ocular normal?

La presión ocular normal se sitúa entre los 10 y 21 milímetros de mercurio (mmHg). Este rango es válido para la mayoría de la población adulta, aunque es importante tener en cuenta que la tensión ocular no es un valor estático.
Fluctúa de manera natural a lo largo del día y puede verse influida por distintos factores, como el grosor de la córnea, la técnica de medición empleada, la presión ejercida por los párpados durante la exploración o incluso la postura corporal.

Además, en algunos casos, una persona puede tener una presión ocular dentro del rango normal y aun así desarrollar un glaucoma, mientras que otras pueden presentar una tensión ligeramente elevada sin que esto implique una lesión ocular. Por ello, es fundamental realizar controles oftalmológicos periódicos para valorar no solo la presión ocular, sino también el estado del nervio óptico y el campo visual.

Tensión ocular normal en adultos: factores a tener en cuenta

En adultos, especialmente a partir de los 40 años, es más probable que se produzcan alteraciones en la presión intraocular. Existen múltiples factores que pueden influir en este parámetro, como los antecedentes familiares de glaucoma, la presencia de miopía alta, enfermedades sistémicas como la diabetes o la hipertensión arterial, y el uso prolongado de ciertos medicamentos como los corticosteroides.

Por ello, mantener un control regular de la tensión ocular normal en adultos es una medida clave de prevención, incluso en ausencia de síntomas.

Cómo cuidar la tensión ocular

La mejor forma de cuidar la presión intraocular es a través de una combinación de seguimiento médico y hábitos saludables. Realizar exámenes visuales periódicos con un oftalmólogo permite detectar cualquier cambio en la presión ocular y actuar a tiempo si se identifica un riesgo. En la consulta se pueden realizar pruebas como la tonometría, la campimetría o la evaluación del nervio óptico para ofrecer un diagnóstico más completo.

Además del control médico, adoptar un estilo de vida saludable puede ayudar a mantener la tensión ocular en valores adecuados. Esto incluye seguir una dieta equilibrada rica en antioxidantes, practicar ejercicio físico de forma regular, dormir bien y evitar el consumo de tabaco y alcohol. También es aconsejable proteger los ojos de la luz solar excesiva utilizando gafas con filtro UV, así como utilizar protección ocular en entornos de riesgo. En los casos en los que se ha diagnosticado una alteración de la presión ocular, es fundamental cumplir con el tratamiento prescrito, que puede incluir el uso de colirios, medicamentos orales o intervenciones quirúrgicas. Seguir estas pautas permite mantener una presión intraocular estable y evitar complicaciones mayores.

Qué relación hay entre la presión ocular y la visión

Una presión ocular alta mantenida en el tiempo puede provocar daño progresivo en el nervio óptico, lo que genera una pérdida gradual del campo
visual. Lo preocupante es que este tipo de pérdida suele producirse de forma silenciosa y sin síntomas evidentes en las primeras fases, por lo que muchas personas no detectan el problema hasta que el daño es irreversible.

El glaucoma es el principal trastorno asociado a la presión intraocular elevada, y se considera una de las principales causas de ceguera irreversible en el mundo. Por esta razón, realizar controles oftalmológicos preventivos resulta imprescindible para preservar la salud visual.

La tensión ocular es clave para la salud de tus ojos

La tensión ocular normal no solo es necesaria, sino que forma parte del buen funcionamiento de los ojos. El problema surge cuando la presión intraocular supera los límites considerados seguros y se mantiene elevada durante un periodo prolongado. Controlar este parámetro es fundamental para prevenir enfermedades como el glaucoma, que pueden tener consecuencias graves e irreversibles. Visitar al oftalmólogo con regularidad, llevar un estilo de vida saludable y seguir las indicaciones médicas en caso de tratamiento son las claves para preservar la visión y mantener una buena salud ocular a largo plazo.