María del Mar Pérez Simón

ICL
“No podré olvidar la sensación de la primera vez que fui a la playa ya operada y ver por mi misma el fondo que sin gafas no lo había visto nunca”

Disfrutar de mis hijos sin necesidad de sentir miedo porque se alejaran y perderlos. Para mi no tiene precio. Enhorabuena al equipo y por supuesto al Doctor Ernesto Alonso Juárez que cambió mi vida el día 5 de marzo de 2015.

La cirugía ha sido una experiencia muy positiva ya que a estar del miedo que me provocaba el pensar en cualquier complicación o lo que pudiera sentir durante la intervención, nada más comenzar y sentirme tan arropada y sin ningún tipo de molestia, me di cuenta de que podía estar tranquila.

La intervención fue rápida, cómoda y con un post operatorio mejor aún porque no he sentido malestar ni dolor en ningún momento. Entré en le quirófano despidiéndome de mi familia diferenciando solo su silueta y las pocos minutos salí viéndolos una a uno perfectamente.

Me comentaron de la técnica ICL en una óptica cuando comencé a tener problema para tolerar la lentilla. Me informé, y por mi graduación era la mejor solución, pero a además me quedó claro que para el ojo era mucho menos agresiva que el laser puesto que se coloca la lente pero no se modifica nada el ojo a diferencia del laser que si que modifica la córnea.

Nunca usando gafa o lentilla he tenido una visión tan buena como ahora. Al principio me parecía increíble que se pudiera ver tanto y tan bien porque y nunca había visto así.

Volvería a hacerlo por supuesto y me arrepiento de no haberlo hecho mucho antes porque lo que he ganado ha sido mucho comparándolo con el proceso tan sencillo que he pasado desde el preoperatorio al postoperatorio.

Mi calidad de vida ha mejorado en muchos aspectos. Por la graduación que yo tenía ponerme gafas me generaba un complejo físico enorme. La lentilla conseguía minorar el complejo pero siempre con el inconveniente de no poder llevarlas todo el día puestas o estar todo el día quita y pon o lo que era pero tener alguna irritación en el ojo por la que tuviera que usar la gafa.

No podré olvidar la sensación de la primera vez que fui a la playa ya operada y ver por mi misma el fondo que sin gafas no lo había visto nunca y disfrutar de mis hijos sin necesidad de sentir miedo porque se alejaran y perderlos. Para mi no tiene precio. Enhorabuena al equipo y por supuesto al Doctor Ernesto Alonso Juárez que cambió mi vida el día 5 de marzo de 2015.