Mireia Tofiño García

ICL
Parece mentira que te pueda cambiar tanto la vida en 20 minutos.

Tengo que reconocer que tenía autentico pavor a la cirugía, pero al mismo tiempo era algo que deseaba hacer desde hace 20 años. He llevado gafas desde los 6 años, y lentillas desde los 10, por lo que recuerdo todo mi vida dependiendo de ellas.

Mi miopía era muy elevada, por lo que no podía intervenirme con Lasik, y aunque había oído hablar de la lente ICL, siempre me dio respeto. Pero la seguridad y confianza que mostró el equipo INSADOF, así como la atención y pruebas realizadas, me ayudaron a decidirme.

Ahora puedo decir que estoy descubriendo nuevas experiencias, como poder diferenciar y leer la etiqueta del champú y gel en la ducha, despertar y poder ver la cara de mi pareja, dormirme la siesta mientras veo una película, o durante un viaje sin miedo a que se me queden pegadas las lentillas…

Lo que me entristece son las cosas que me he perdido por no haberlo hecho antes, y no me refiero a cuando era una adolescente y la cantidad de planes truncados por el “no puedo, no me he traído ‘lo de las lentillas’”. Si no, el no haber podido ver con nitidez la cara de mis hijos al nacer, o el no haber sido yo quien les cuidaba en la playa en lugar de ellos a mí.

Igual que los niños tienen miedo a ir al dentista, a mi lo que me asustaba era ir al oftalmólogo. Creo que siempre le tendré respeto, pero ya no viviré con el miedo de tener que parar mi vida porque las lentillas me hacen daño o la psicosis de encontrarme el ojo un poco rojo y tener que ponerme las gafas con las que no me manejo.

Parece mentira que te pueda cambiar tanto la vida en 20 minutos.