Cuidados tras la cirugía refractiva: recomendaciones clave para una recuperación segura

La cirugía refractiva permite corregir defectos visuales como la miopía, la hipermetropía o el astigmatismo, ofreciendo una vida sin gafas ni lentillas. Sin embargo, el éxito de esta intervención no solo depende del procedimiento en sí, sino también de los cuidados que realicemos antes de la operación y postoperación.

A continuación, encontrarás una guía práctica con los principales consejos para preparar tus ojos antes de la cirugía y cuidarlos adecuadamente durante la recuperación.

Cuidados previos a la cirugía refractiva

Antes de someterte a una cirugía refractiva, es fundamental preparar correctamente los ojos y seguir las recomendaciones de nuestros médicos o profesionales.
Una buena preparación es importante, ya que puede reducir el riesgo de complicaciones y garantiza que la intervención se realice en las mejores condiciones posibles.

  • Sigue las instrucciones de higiene ocular. Mantén los párpados y pestañas limpios, evitando el uso de maquillaje o cremas en el contorno de ojos los días previos.
  • Descansa bien la noche anterior y acude sin estrés. Un sueño adecuado mejora la estabilidad de la película lágrima.
  • No apliques perfumes ni productos con alcohol el día de la intervención, ya que pueden interferir con el entorno estéril del quirófano.
  • Evita fumar y consumir alcohol al menos 48 horas antes de la cirugía, esto puede retrasar la operación.
  • Si tomas medicación habitual, consulta con el oftalmólogo si debes mantener o suspender alguna dosis antes del procedimiento.

Preparar el cuerpo y la vista con antelación ayuda a que el ojo esté en las mejores condiciones posibles el día de la intervención y así poder evitar cualquier tipo de percance.

Primeras horas tras la cirugía: reposo y protección ocular

Después de la operación de cirugía refractiva, es bastante normal sentir una ligera molestia, picor o visión borrosa. Es importante que tengamos en cuenta que el descanso es clave para que la córnea cicatrice correctamente, por eso es recomendable que sigas las siguientes indicaciones una vez te hayas sometido a la operación:

  • Evita frotarte los ojos. Aunque sientas incomodidad o un pequeño picor, cualquier presión puede alterar la superficie ocular.
  • Usa las gafas protectoras o el escudo ocular que te proporcione la clínica, especialmente durante las primeras noches.
  • Descansa en un entorno oscuro y tranquilo. La luz intensa puede causar sensibilidad los primeros días.
  • No uses pantallas ni leas durante las primeras 24 horas, es imprescindible dar un tiempo de descanso a los ojos para estabilizar y mejora la recuperación.

Estas pequeñas precauciones favorecen que el proceso de curación se desarrolle sin incidentes.

Recomendaciones básicas para los primeros días

Durante la primera semana, el objetivo es mantener los ojos hidratados, limpios y protegidos. La constancia es esencial:

  • Aplica los colirios antibióticos y antiinflamatorios según las indicaciones médicas que te recomiende tu especialista.
  • Lávate las manos siempre antes de tocar los párpados o aplicar medicación.
  • Evita el maquillaje y las cremas faciales en la zona de los ojos.
  • Usa gafas de sol al salir de casa, incluso en días nublados, para reducir la sensibilidad a la luz.
  • No nades ni te expongas a ambientes con polvo o viento. El riesgo de infección ocular aumenta de manera considerable en estas condiciones.

Es normal que durante estos días notes variaciones leves en la visión: la nitidez mejora progresivamente.

Rutina de medicación y visitas de control

Cumplir con el tratamiento médico es fundamental, ya que los colirios son esenciales para prevenir infecciones y reducir la inflamación ocular tras la cirugía. Es importante respetar los horarios indicados por el oftalmólogo y no suspender el tratamiento antes de tiempo, incluso si notamos una mejoría evidente

En caso de utilizar varios tipos de colirios, se recomienda dejar pasar al menos cinco minutos entre una aplicación y otra, para permitir que cada medicamento actúe correctamente. Los frascos deben mantenerse siempre bien cerrados, en un lugar limpio y protegido del calor o la luz directa, evitando cualquier contaminación. Además, los colirios son de uso personal y no deben compartirse bajo ninguna circunstancia, ya que podrían transmitir bacterias o alterar la dosis indicada para cada paciente.

Por último, es esencial acudir a todas las revisiones oftalmológicas programadas. En ellas, el especialista evaluará la correcta cicatrización, la presión ocular y la evolución de la visión. Incluso si la recuperación parece completa, las revisiones permiten detectar a tiempo posibles complicaciones que, en sus primeras fases, pueden pasar desapercibidas.

Actividad física y vida diaria: cuándo retomar cada una

Recuperar la rutina requiere de mucha paciencia. Aunque la mejoría visual sea inmediata, los ojos aún están en proceso de adaptación, por lo que dejar de proteger nuestros ojos puede suponer un retroceso en nuestra recuperación.

  • Trabajo y pantallas: puedes retomarlos a los pocos días, realizando pausas visuales frecuentes.
  • Conducir: solo cuando el médico lo autorice y te sientas completamente seguro.
  • Deporte: evita piscinas, saunas y gimnasios durante al menos dos semanas. Los deportes de contacto deben posponerse hasta que el especialista lo indique.
  • Ten cuidado con el agua al ducharte. Evita que el jabón o el champú entren en los ojos.

El descanso visual, las pausas y el entorno limpio son aliados imprescindibles durante esta fase.

Cuidados específicos si te has operado con lentes ICL

En el caso de haber elegido la técnica con lentes intraoculares ICL, el posoperatorio comparte la mayoría de recomendaciones, pero con algunos matices.

  • Evita los golpes o movimientos bruscos que puedan afectar al interior del ojo.
  • Cumple rigurosamente con los colirios recetados para controlar la inflamación.
  • Durante los primeros días, puede aparecer una leve sensación de cuerpo extraño o visión borrosa, que desaparece de forma progresiva.
  • Las revisiones de control son esenciales para confirmar que la lente está correctamente posicionada.

Este tipo de cirugía suele ofrecer una recuperación visual muy rápida, pero el cuidado y la disciplina son fundamentales para mantener los resultados a largo plazo.

Hábitos saludables para conservar los resultados visuales

Una vez recuperada la visión, mantener hábitos saludables garantiza la durabilidad del resultado.

  • Mantén una buena hidratación ocular, especialmente en ambientes secos o con calefacción.
  • Incluye alimentos ricos en vitaminas A, C y E, como zanahorias, espinacas o cítricos.
  • Evita fumar, ya que el tabaco afecta la microcirculación y la salud ocular.
  • Realiza revisiones oftalmológicas anuales para garantizar que todo evoluciona correctamente.

Adoptar estos hábitos no solo protege la vista, sino que mejora la salud ocular general.

En definitiva, cuidar los ojos antes y después de una cirugía refractiva es tan importante como la intervención misma. La paciencia, la constancia y el seguimiento médico son las claves para disfrutar de una visión clara, estable y duradera.